Una fiesta, un exceso… ¿qué hacemos?

Hola gente sana:

Este fin de semana tuve la oportunidad de disfrutar de la IX Xuntanza de Bloggers Gastronómicos en A Coruña, y como estaba previsto nos dedicamos a comer y beber. Todo estaba delicioso, una calidad excelente y unas preparaciones de lujo. Imposible resistirse a tantas tentaciones.

Pues bien, ni era la cosa para resistirse, porque íbamos a lo que íbamos, ni siquiera me lo planteé. Ni era posible evitar la tentación porque estaba todo tan rico…

En fin, a lo que voy, que seguro que sabéis bien de lo que os hablo porque os habéis visto en situaciones parecidas mil veces. Bodas, cenas de empresa o de amigos, fiestas… yo que se, de todo, porque en este país todo lo celebramos comiendo.

Justo cuando te disponías a cuidar tu alimentación, zas, van y te invitan a un evento. Siempre pasa igual.

¿Qué hacemos entonces?

Empecemos por dos cuestiones super importantes:

1º LO QUE CUENTA NO ES LO QUE HACES UN DÍA EXCEPCIONAL, LO QUE CUENTA ES LO QUE HACES LOS 364 DÍAS RESTANTES DEL AÑO

2º CADA PERSONA ES DIFERENTE POR LO QUE CADA PERSONA TIENE QUE ENFRENTARSE A ESTO DE FORMA DIFERENTE

3º CUANTAS MÁS EXCEPCIONES MENOS DÍAS NORMALES

Dicho esto, os voy a explicar qué podemos hacer para minimizar los efectos de esos días de excesos inevitables.

Hay gente que es muy estricta consigo misma, tiene un elevado autocontrol y o bien evita esas situaciones o si acude es capaz de no comer ni beber nada. En estos casos pueden pasar dos cosas, que te aísles en cierto modo, si lo haces siempre, porque comer es un acto social y si no vas reduces tus relaciones sociales (quizás es lo que deseas por otra parte). O que tengas que dar respuesta a gente entrometida sobre lo que comes o dejas de comer y eso quizás te cause incomodidad o no te apetezca. Si no eres muy estricta contigo misma, no te quieres aislar del mundo y tampoco te apetece dar explicaciones puedes optar por otras estrategias.

Otra opción, es meditar antes de ir sobre lo que es probable que te encuentres allí y tomar decisiones previas. Es decir, igual que eliges tu ropa pensando en el lugar, lo que va a ocurrir el tiempo… puedes hacer supuestos sobre la comida y decidir cómo vas a actuar si se dan, así llevas tus propios límites marcados. Por ejemplo, sabes que habrá un aperitivo y luego una comida de mesa. Conscientemente sabes que si comes todo lo que te ofrecen te vas a exceder, con riesgo de encontrarte físicamente mal. Entonces puedes hacer el siguiente planteamiento: ¿qué me gusta más, los pinchos o la comida? y decides, o bien controlarte en los pinchos, que puede ser no comer o comer unos pocos, o bien disfrutar de los pinchos y luego medirte en la comida. En estas ocasiones suele haber un segundo o tercer plato de carne, pues como a mi la carne es lo que menos me apetece, suelo decidir que voy a rechazar ese plato y con el resto me despreocupo o tomo otras medidas.

Con el alcohol pasa lo mismo, si no quieres tomar nada lleva pensado lo que vas a pedir para beber, en caso de que no quieras beber agua porque es un día especial. O si quieres beber algo con alcohol puedes hacer como en la comida. Decides, voy a tomar solo dos copas de vino, por ejemplo, una  en el aperitivo y otra comiendo, o no voy a tomar vino hasta que me siente a la mesa. O me voy a reservar para la copa de después.

Y luego viene el postre, si te encanta el postre recuerda que está al final, reserva un hueco, y también puedes pedir la mitad de la ración, la disfrutas y no te llenas.

Otro truco es modificar tú misma las raciones. Muchas veces nos ponen en el plato el 75% de pescado o de carne y un 25% de verdura, es decir al revés de lo que debe ser. Seguro que tienes posibilidad de cambiar la proporción, tanto si te sirves tú como si te lo sirven puedes pedir más de verde y menos del resto. Y entonces estarás comiendo como los demás pero más equilibrado.

Para los aperitivos también hay truco, ponerte un número de pinchos que vas a comer, para que funcione es estupendo poder observar antes la carta del aperitivo o la mesa de los pinchos y ahí es cuando te haces el planning, optando por aquellos que no estén fritos y los que lleven más verdura.

En definitiva que si visualizamos y preveemos lo que puede acudir podemos llevar un plan de autocontrol más desarrollado y no pasarnos mucho.

También es importante no centrar todo el foco de atención en la comida. Aunque el evento gire en torno a una mesa podemos prestar atención a los protagonistas, o a las conversaciones con los comensales, aprovechar para charlar un rato con esa gente que hacía mucho que no veías, hacer fotos, disfrutar del espacio, de la decoración. En fin buscar más allá del plato.

Aún así muchas veces comemos y bebemos de más, porque nos dejamos llevar, y no pasa nada, porque es un día. Detalle importante, si esto ocurre todos los fines de semana o varias veces por semana no es un día tan excepcional, entonces debemos replantearnos la cuestión de un modo más firme, porque lo excepcional es más bien cotidiano.

Pero volviendo a las excepciones, aunque nos hemos trazado un plan para cumplir lo mejor posible con nuestros criterios de alimentación saludable, es muy probable que en estas comidas exista déficit de verdura y exceso de proteína. Por lo que hemos comido desequilibrado. Pero es un día y tenemos el resto para los hábitos saludables y al día siguiente podemos tomar alguna medida compensatoria que nuestro organismo agradecerá.

Por ejemplo esa misma noche, si hemos comido mucho cenar solo un poco de fruta o no cenar, si estamos sanos no va a pasar nada. O quizás al dia siguiente nos venga mejor hacer comidas ligeras, con purés de verdura, ensaladas, poco cargadas de cereal y proteína. Que no sobrecarguen nuestro organismo.

También es recomendable hacer ayunos intermitentes, el más fácil y que mejor sienta es dejar más de 12 horas de ayuno por la noche, y al día siguiente hacer sólamente 2 o 3 comidas a lo sumo bien separadas.

Y un poco de ejercicio, que mantenga el cuerpo en movimiento y le ayude a eliminar los tóxicos que hemos consumido el día anterior.

Resumiendo:

– Marcar unos límites previos y hacer un planning.

– Disfrutar del evento, relacionarte con la gente y con el lugar.

– Después del evento comer ligero y dejar tiempo entre comidas.

– Hacer ejercicio al día siguiente.

Y recuerda lo que cuenta es lo que haces cada día, y todos los días son buenos para empezar a comer más sano.

Nos vemos pronto.

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