Las crucíferas, una opción anticáncer

Hola, gente sana!!!

Hoy os traigo información sobre cómo las crucíferas nos pueden ayudar a prevenir el cáncer y cómo debemos consumirlas. ¡El invierno es su momento, y debemos aprovecharlo!

 

ANTES DE NADA SABER QUÉ COMPRAR. ¿QUÉ VERDURAS PERTENECEN A ESTE GRUPO?

Las más comunes en nuestro entorno son: RUCULA, BRÓCOLI, o BRECOL, REPOLLO, VERDURA DE HOJA VERDE (COL RIZADA, BERZA…), NABOS, RÁBANOS, COLES DE BRUSELAS, ROMANESCO, LOMBARDA, GRELOS, COLIFLOR.

 

¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES?

El consumo de este grupo de verduras nos aporta vitaminas, minerales y fibra indispensables para nuestra salud. Pero además cada vez más estudios de investigación nos demuestran sus propiedades. 

Al digerirlas los glucosilatos que contienen se descomponen formando otros compuestos químicos en nuestro organismo, los cuales podrían tener propiedades anticancerígenas.

 Estos compuestos actuarían sobre:

 

  • Las células: protegiéndolas de los daños del ADN, también favoreciendo la muerte celular evitando que se vuelvan malignas, y la migración de las tumbales a otras partes del cuerpo.
  • Podrían ayudar a desactivar carcinógenos.
  • También son antivíricos, antibacterianos y antiinflamatorios.
  • Y reducen la formación de vasos sanguíneos tumorales.

 

Razones, todas ellas, más que suficientes para incluir estas verduras en nuestra dieta varias veces por semana.

 

¿CÓMO SE DEBEN CONSUMIR?

Lo ideal es tomarlas con poca cocción para evitar la pérdida de vitaminas y la destrucción de los glucosilatos.

No se recomienda comer este tipo de verduras en crudo, especialmente a las personas con hipotiroidismo, puesto que pueden robar yodo del organismo.

Por ello, el brecol, el romanesco, las hojas verdes, la rúcula, deberán ser hervidas en agua entre 3 y 7 min, luego las pasamos por agua fría para cortar la cocción y las tomamos aliñadas, como una ensalada. Verás, que cuando se cocinan poco tiempo adquieren un color verde brillante, mucho más potente que cuando están en crudo. Es cierto que la textura es más dura, quedan “al dente” pero el sabor es muy rico. También te recomiendo que procures adquirirlas de productores de proximidad y a poder ser ecológicas.

Los rabanitos únicamente los escaldamos, 15 segundos en agua hirviendo y luego los podemos macerar 15 minutos en vinagre de umeboshi. 

Y las más duras como la lombarda, la coliflor, el repollo o las coles de bruselas las cocinaremos un poco más y se tomarán normalmente en caliente y en caldos. 

Próximamente en el blog os subiré alguna receta, un poco diferente, con estas verduras. Para que, con la variedad culinaria, las consumáis con más frecuencia. 

 

Este será el último post de 2018, así que espero que nos sigamos viendo en 2019.

¡Feliz Año Nuevo!

Un abrazo y mucha salud.

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